Que los ganados “tengan para comer, y que se pongan a tiro con los empleados”, fue uno de los pedidos del asesor financiero Felipe Caorsi al interventor de Conexión Ganadera, que derivó en la autorización de la Justicia para que sean vendidos 800 vacunos. “Son 800 animales que son de los damnificados, para pagar sueldos y poder encargarse del ganado que va quedando”, dijo Caorsi a Dinámica Rural, describiendo un escenario en el que parte del rodeo global estaba sufriendo la ausencia de los manejos rutinarios de la actividad ganadera.
“Día a día el activo se va muriendo”, añadió, señalando que el pasivo de Conexión Ganadera es de “mucho más que US$ 250 millones”, ya que “se calcula que hay un máximo de US$ 70 millones en ganado”.
En el avance de la investigación, “aparecen otras patas del negocio”, dijo Caorsi, afirmando que “Basso era hijo de un prestamista, él era un prestamista, y ahora la que ocupa su lugar es una de sus hijas”. “Ha surgido que hay gente damnificada, pero no del negocio específico de Conexión Ganadera”, indicó.
Por otra parte, tomando en cuenta que “cada vez vale menos el ganado” y que, “lo que se encuentre, se va a dividir entre todos”, a través del concurso los damnificados recuperarían “10% o 15% de lo que pusieron”.
El consejo que él da “es ir contra los dueños del capital y demostrar que esta es una estafa que no sólo está en Conexión Ganadera. Conexión Ganadera es una asociación para delinquir bastante más grande”.
Acerca del patrimonio de los socios de la empresa, dijo que más allá del apartamento en Madrid y de otras propiedades “que están puestas a propósito para que sean fáciles de rastrear, hay dinero más grande” con el que “van a tener que responder”.
