Las de Conexión Ganadera, Grupo Larrarte y República Ganadera no son realidades idénticas, y no sólo por sus diferencias entre activos y pasivos, sino también por cómo surgieron y se desarrollaron y, ahora, por los escenarios que están planteando mientras avanzan los procesos judiciales.
El asesor Felipe Caorsi detalló en Dinámica Rural cómo fue el surgimiento de Grupo Larrarte, afirmando que “nació como un esquema Ponzi” que incluso germinó a partir de una estafa.
No pasó lo mismo en la gestación de República y Conexión Ganadera, dijo, añadiendo que, en el caso de República Ganadera, se presentó mottu proprio a concurso de acreedores y ha mostrado “intenciones reales” de devolución, con la pretensión, además, de continuar en el negocio por considerar que este “tiene potencial” aunque está condicionado por «un endeudamiento bancario muy alto”.
El Grupo Larrarte, subrayó Caorsi, tiene “muy poco capital para cobrarse”. “Entre sus activos cuenta con el seguro de una camioneta, un laboratorio que no tiene valor, algunos caballos y muy poco ganado”.
Rastrear cuentas y propiedades
Describió, por otra parte, la situación patrimonial de Conexión Ganadera y el camino del juicio abreviado que buscaría Pablo Carrasco, lo que, estima, podría tener como desenlace la prisión domiciliaria.
Los activos de este fondo, según calcula Caorsi, rondan los US$ 60.000.000 en ganado. Tomando en cuenta las deudas “con productores grandes, algunas veterinarias y también con trabajadores, al final, en dos meses, tendría unos US$ 40.000.000, cuando el pasivo es de US$ 400.000.000”.
A través del concurso “la gente se va a llevar el 10%”, remarcó. Como “las propiedades que tienen a la vista o rastreables en forma sencilla no llegan a los US$ 10.000.000, no moverían la aguja. Acá hay que seguir y seguir por el camino de buscar las cuentas en el exterior, algunas propiedades en Punta del Este, testaferros… La clave es Agustina Basso”, dijo.
